domingo, 30 de octubre de 2011

Llegaron ya.

"one of these days you and I are going to spend our sunset years telling our children and our children's children what it once was like in America when men were free" Ronald Reagan. 
Desperté temprano esa mañana, ahora teníamos de retorno el horario regular. No más horario de verano. Preparé mi café, con un dash de leche, y bebí tranquilamente frente al monitor de la computadora.
¿Vería alguna vez caer una bomba atómica sobre el horizonte, desde el balcón de mi casa? Esos tiempos estaban tan lejanos. De alguna manera sentía nostalgia por aquellos tiempos. La guerra fría por aquí La guerra fría por allá, ¡Ya llegaron los comunistas! y llegaron bailando cha-cha-chá.
Sí el temor de los gringos en los 30's fue la llegada de los marcianos, después de los 40's temerían la llegada de los comunistas. No me puedo imaginar un arribo más cómico que aquél de un regimiento entero del ejército rojo invadiendo gringolandia al ritmo del cha-cha-chá.
Seguí pensando. El tiempo se va pensando. Terminé mi café, tenía deseos de más.
Lo consiguieron, los gringos ganaron. Bebía café preparado en una cafetera traída de Chicago. Jamás tuve opotunidad de ver unos de eso aparatosos electrodomésticos soviéticos. ¿Realmente serían tan poco estéticos? quizá eran más funcionales, que más da, la gente no tenía opciones, era una cafetera rusa o era nada. Socialismo puro. Mi cafetera sin embargo quizá era gringa, quizá china, muy probablemente china o quizá taiwanesa, japonesa, no, dudo lo de la procedencia japonesa, esos tipos venden muy caro sus productos.
Seguro era china mi cafetera. Al menos tenía la opción de escoger cafeteras de otras marcas, aunque con las cosas como están, probablemente todas eran fabricadas en la misma galera apestosa en una pequeña ciudad, recien construída, enclavada en alguna parte de la China continental, donde las mismas partes se repartían en distintos modelos de carcasas, cada una con una marca diferente pero en el corazón con las mismas partes. Viva China.
Maldito domingo, me hace divagar demasiado.

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