No mediaron las palabras. Había actos más que enunciados. Pero un día hubo una explosión verbal, escrita. En una tarde las palabras dijeron lo que días habían callado. Cuando las palabras no bastaron, fueron los besos y después los mordiscos el medio de comunicación.
Pero el silencio llegó, primero por voluntad de ella, después por confirmación de él.
miércoles, 1 de junio de 2011
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